Sobre mí
A nivel profesional
Mis proyectos
Macu García González es una escritora residente en Valladolid con una pasión por las letras impresas y escritas.
Ha participado en diversos recitales de poesía y ha colaborado con sus textos en revistas como «Laguna» y «Equivalencias». También ha participado en el Taller de Creación Literaria «Cuéntame un cuento que no te sepas» y ha ganado varios concursos de escritura, como Bollulos del Condado y el VIII Premio de periodismo y narración Trinidad Arroyo.
Además, ha escrito la historia, personajes y texto para varias teatralizaciones de juegos Escape Room y ha publicado en antologías como «Ella, la Igualdad» y «Contamos la Navidad».
Macu ha terminado dos novelas y está trabajando en una tercera. También participa en el encuentro «Nosotras escribimos» y pronto verá publicado su relato «Él no ha venido a cenar» en la «Antología de escritoras de cuento de Castilla y León».
A nivel personal
Mi vida
Mi vida es palabra, verso, párrafo.
Desde niña los libros, por motivos de salud, fueron mis compañeros. Cuando el reposo pasó a ser una excepción, yo ya tenía una adicción a la lectura que me sigue acompañando hasta ahora.
Creo que la deriva personal de esa costumbre te lleva en volandas a la escritura, y pronto un cuadernillo me acompañó y fui garabateando en sus páginas mis primeros poemas. No es que el mundo me pareciera un lugar árido, es que la calidez de las letras no la encontraba en él.
Yo soy más yo cuando en el atardecer mi vista deambula por el horizonte anaranjado, y en mí cabeza alguna historia revolotea como los buitres vuelan en círculo sobre su siguiente presa. Y es que desde ese momento lo que veo pierde su prioridad a favor de lo que imagino.
Las estrofas o los párrafos se van componiendo con la observación de lo que me rodea, pero sobre todo con el sentimiento de lo que sueño o invento. Es entonces cuando se construyen, primero en mi imaginación y luego sobre el
teclado, personajes y escenas o versos libres sedientos de otros compañeros. Desencuentros entre seres imaginarios que para mí son reales, y comienzan acompañarme allá dónde voy a la espera de mi atención y el desarrollo de su
vida. Son sus emociones y sus conflictos una parte importante de mis preocupaciones. Resolverlas una obligación que cumplo en las primeras horas de la mañana, antes de qué lo cotidiano me contamine con su rutina, para que las líneas vayan contando una historia que llegue a los posibles lectores.
